El Impacto del Estrés

en Familias,

Niños y Jóvenes

Introducción

...Las personas con buena salud emocional son seguras de sí mismas, conscientes de sus actos, sus sentimientos, tienen el control de su vida, han aprendido la manera de hacer frente a los problemas normales de la vida y al estrés causado por los mismos, por lo que se sienten bien, y pueden tener relaciones saludables y estables. Sin embargo, en la vida pueden suceder varias situaciones o cambios que trastornen la estabilidad de la salud emocional y produzcan intensos sentimientos de estrés, ansiedad y/o depresión. Sucesos como la perdida del trabajo, que uno de los hijos se vaya o regrese al hogar, padecer de una enfermedad crónica o la pena de la muerte de un ser querido, divorciarse o casarse, sufrir un accidente, lograr un ascenso en el trabajo, padecer problemas de dinero, cambiarse de hogar o a otra ciudad, o tener un bebé. Estas situaciones o cambios pueden ser “buenos”, y pueden provocar tanto estrés como los cambios o situaciones “malas”. Pero reconociendo los problemas y buscando la ayuda necesaria desde el inicio, se puede uno ayudar a sí mismo, a sus hijos y a la familia entera, para salir adelante de los tiempos difíciles hacia tiempos mejores, más felices y saludables.Los padres que pueden sobrellevar el estrés de la vida diaria y los problemas ocasionales tienen la capacidad de resistir y recuperarse; son capaces de encontrar dentro de sí la fuerza interna necesaria para mantenerse estables cuando las cosas no andan bien.

Los padres con esta capacidad de hacer frente a la adversidad por si mismos, y también saben reconocer cuando necesitan ayuda y cómo buscarla en los momentos en que se presenta la dificultad. Su habilidad de enfrentarse a los altibajos de la vida sirve como modelo de fortaleza y comportamiento para sus hijos. Pero cuando suceden varias situaciones negativas a la vez y que se complican, como es el caso de una familia con historia de abuso o abandono, problemas graves de salud, conflictos conyugales, violencia en el hogar o en la comunidad, y situaciones estresantes que al entrelazarse complican la situación tales como desempleo, pobreza o falta de hogar; pueden reducir la resistencia y capacidad de cualquier persona para salir adelante del estrés diario y normal de la paternidad y/o crianza de los hijos.

Las personas que han pasado por eventos traumáticos normalmente sufren de un estrés psicológico que provoca una crisis emocional relacionada al incidente. En la mayoría de los casos dentro de situaciones anormales, ésta es una situación normal. Mientras que la identificación del problema y su atención e intervención temprana puede ayudar a mejorar la situación de los menores con resultados positivos. El acceso a los servicios de ayuda puede ser un reto significante para las familias y las agencias de ayuda que ofrecen servicios para el bienestar de los menores y sus familias. Estas agencias pueden ayudar identificando y coordinando los servicios de cuidado médico, desarrollo de la intervención, educación especial, servicios de relevo, servicios psicológicos y psiquiátricos, asistencia financiera, programas recreacionales y de asesoría de la familia. Este sistema de ayuda es complejo, complicado de asumir y comprometerse (según se menciona en el centro de estudios de los niños y las familias 2004). Muchas de estas agencias para el bienestar de los menores dependen en los proveedores de servicios comunitarios y otro sistema de servicios especializado en las necesidades de los niños y sus familias. Desafortunadamente, en varias comunidades los padres no pueden sobrellevar los problemas cotidianos, y menos aún cuando se llegan a presentar crisis emocionales. Esta situación les puede provocar sentimiento de culpa, vivir en la negación de sus problemas y en el rechazo a buscar y recibir la ayuda de servicios especializados. Esto crea un desafió adicional para poder ayudar a los niños de estas familias.

Uno de los muchos factores que pueden afectar la salud y estabilidad emocional de los niños pequeños es el estado de salud mental de los padres. Por ejemplo, se ha demostrado que la depresión en madres jóvenes influye en la salud mental de los niños pequeños. Descubrir este problema de salud mental es importante porque de ocurrir en hogares con niños menores de seis años puede interferir gravemente con el desarrollo emocional, de aprendizaje y psicológico del menor, lo que pueden causar problemas futuros de por vida, en su adaptación y desenvolvimiento en la escuela, el hogar, y la comunidad. Sin la intervención profesional, problemas de salud mental del niño y el adolescente, continuarán constantes hasta su edad adulta. De hecho, cada año son varios los niños que son expulsados de las escuelas, preescolares y guarderías por severos problemas emocionales y de comportamientos como rebelde, inquieto y agresivo. De la información disponible, en el 1997, se mencionan a 120 000 preescolares menores de seis años-1 de cada 200- que recibieron servicios de salud mental.

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