..........County of San Diego Mental Health Services ................................. 4 |
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....MI RECUPERACIÓN CONTINÚA ......Una semana más tarde, al sentirme aturdido me senté en la banqueta, recuerdo unas luces intermitentes en mi cara, y escuchar al paramédico de la ambulancia decir: "Espera un segundo. . . .¿No eres la misma persona que atendimos la semana pasada? "Pero no llegué a la sala de emergencias por segunda vez. Esta vez, me esposaron y encerraron hasta que me desintoxicara. Pero al día siguiente, volví a tomar. .....En julio del 2006, cuando la empresa donde trabajaba quebró, padeciendo de una fuerte miseria, comencé a beber más que nunca. Sin trabajo a donde ir, podía dormir más tiempo, beber más temprano, y a toda hora. Busqué un nuevo trabajo, y aunque tuve algunas entrevistas, algunas veces me presenté borracho, y otras crudo. No hubo ofertas o propuestas, y se me terminó el desempleo. Estuve a punto de quedarme en la calle, sin poder encontrar trabajo, y sólo pensaba en mi adicción, y de dónde vendría mi próximo trago. Estaba bebiendo sin piedad, compulsivamente, y de una forma que podría acelerar mi muerte.
.....Después de un oscuro desastre en enero, del que me desperté en la cama cubierta de sangre, por una herida enorme a todo lo largo de mi cuero cabelludo, que no me permitía voltear la cabeza en ninguna dirección, debido a una atroz rigidez muscular, una conmoción cerebral, y sin poder recordar el accidente que causó tales lesiones; pero, además, sin seguro de salud para poder recibir atención médica, llegué a la aceptación de que finalmente, “tenía” que pedir ayuda para poder eliminar la desesperación que me daba por obtener las bebidas alcohólicas, si quería vivir. .....Yo también sabía que mi enfermedad mental había llegado a una profundidad casi abismal. Maltraté a las personas que a pesar de mi adicción y comportamiento errático, estaban a mi lado y quienes harían cualquier cosa para ayudarme. Me sentía desesperado, con miedo y rabia. .....Comencé a investigar y a buscar programas que podrían ayudarme en mi recuperación. Era importante para mí encontrar lo que necesitaba, y tener tiempo para investigar, encontrarlos, e ir a aplicar o registrarme, también para tener unos meses en los que pudiera beber sin remordimientos. Yo sabía que necesitaba un programa que aliviara mi enfermedad mental, y mi adicción. Yo no tenía dinero, ni seguro, así que necesitaba un programa que me ayudara en estas condiciones. Yo no quería internarme, pero me había resignado a la idea de que si el tratamiento lo requería, debería ir a donde me indicaran. .....Por fin encontré el “UCSD Co-occurring Disorders (COD) Program”, un programa que parecía tener todo lo que yo buscaba en un tratamiento. En este programa se aplica un tratamiento individualizado, en base, a la investigación de evidencias; y la investigación es financiada por el condado (así que me aceptarían aunque yo no pagara nada por no tener la manera de hacerlo) y lo mejor de todo, es de consulta externa y a sólo dos millas de mi casa, así que podía ir caminando, o en bicicleta. Es también un programa que ayuda en la reducción de lo que le afecta a uno. Esto me gustó en especial, porque no pedían que dejara de beber, y sólo debía reducir mi consumo. Yo estaba emocionado de que serían capaces de enseñarme a beber con moderación, que me iban a ayudar y que podía beber. Me lo dijo la asesora que me atendía, cuando me entrevistó por primera vez. Recuerdo que me preguntó que ¿Cuáles eran mis metas en el programa? y le dije: “Quiero aprender a beber con moderación”. Con mi objetivo en mente, ella trabajó conmigo para crear grupos y un calendario de reuniones. Pero, en una o dos semanas, que empecé a mejorar, me fui a una parranda de 5 días. Me sentí completamente derrotado. Cómo fue que con la ayuda que contaba, no podía manejar un plan de recuperación. En la noche del 18 de abril de 2007, incapaz de continuar padeciendo la cruda, sintiéndome asfixiado por obtener un par de tragos, y sintiéndome agitado en mi estómago, mente y espíritu, vertí en el fregadero hasta la última gota de alcohol que tenía. Al día siguiente, fui a mi reunión con mi consejera, y poniéndome a su merced, le dije: "Tengo que dejar de beber por completo", y ella me contestó: “Los dos lo sabíamos desde la primera vez que veniste”, “solo que debías llegar a esa conclusión por ti mismo”. |